Poly recibió de su abuelo una semilla, cuando se la dio le pidió que la cuidara, que la sembrara y le ayudara a crecer. Le explicó que era la semilla de un gran árbol, un hermoso árbol.
![Abuelo y Poly](/sites/default/files/inline-images/Attachment-1-6_0.png)
Poly al inicio no sabía que hacer, se sentía incapaz de cuidar la semilla. Nunca había cuidado de un animal, ni siquiera se sabía cuidar a ella misma… -¿cómo podría cuidar de una semilla?-
Poly se angustió primero, luego recordó al abuelo diciéndole: “Te dejo esta tarea a ti pues sé que la harás bien”.
Aún la motivó más el salir de paseo a un bosque en donde admiró unos majestuosos árboles y se animó a ser parte de la germinación y crecimiento de uno nuevo.
![arboles](/sites/default/files/inline-images/Attachment-1-6%20copia%206.png)
Aunque seguía muy insegura, inició por hacer una observación de la semilla para descubrir de qué era, luego una investigación sobre lo que necesitaban estas semillas para germinar y crecer.
![observación](/sites/default/files/inline-images/Attachment-1-6%20copia%204.png)
“Está semilla necesita un ambiente muy húmedo y sombrío…” entonces se ingenió una camita de tierra en una vasija profunda con un techito soportado con cuatro palitos. Además, se consiguió una regadera para ponerle agua todos los días.
![camita de tierra](/sites/default/files/inline-images/Image-1-5.jpg)
La semilla después de muchos días germinó y de la tierra salió una pequeña ramita con una hoja morada. Poly se emocionó mucho pues ella era quien había investigado y había cuidado de la semilla todos los días y durante un largo tiempo.
Cuando la planta estuvo un poco más grande Poly fue al bosque y la sembró en un lugar donde podría crecer tan grande como los otros árboles.
![siembra](/sites/default/files/inline-images/Attachment-1-6%20copia%2011.png)
El “Picut” le hizo a Poly sentir una gran alegría al germinar y crecer. Pero más que esta alegría, este mágico árbol le dio a Poly un regalo, la impulsó a descubrir sus fortalezas, las fortalezas que igual que la semilla ella atesoraba y tenía dormidas…
![arbolito](/sites/default/files/inline-images/Attachment-1-6%20copia%209.png)
Solo tenía que arriesgarse a cuidar una semilla para descubrir que ella era:
Observadora-exploradora: pues logró observar la semilla con tanto detenimiento que encontró a través de sus características y sus detalles lo que era y el árbol que atesoraba.
Amante de la naturaleza: despertó su gran amor y respeto hacia la naturaleza.
Creativa: logró ingeniar una cama de tierra con un techo para dar el ambiente perfecto a la semilla.
Responsable: cada día daba agua y cuidaba de su semilla hasta que germinó y creció fuerte. Luego la plantó junto con los de su especie.
![Poly feliz](/sites/default/files/inline-images/Attachment-1-6%20copia%208_0.png)
Autor e Ilustrador: Ana María Lora
LUDIKCENTER
Reflexión: Todos tenemos Fortalezas, pero muchas veces estas aún no las hemos descubierto. La manera de descubrirlas es arriesgándonos a hacer las cosas que creemos no somos capaces, ¡de pronto nos sorprende lo capaces que somos y las Fortalezas que atesoramos!