Tato fue donde su mamá quien le pidió que pusiera mucha atención a un encargo.
- Son muchas cosas las que tendrás que hacer así que escucha: Primero irás a donde la vecina Lupita, ella necesita esta pala con urgencia para arreglar su jardín, este paquete rojo es el que le darás a ella. Luego irás donde Adolfo, el necesita con urgencia esta droga para darle a Doña Julia, el paquete verde es el de él. Por último, debes ir a donde Pancho, a su perro le guardé un hueso del asado de ayer. El paquete del hueso es el que está envuelto en papel café.
Tato metió todos los encargos en su maleta roja de cuero, se la colgó en su espalda y se fue a hacer la vuelta. Iba caminando alegre, aunque un poco englobado.
Primero pasó por donde la vecina Lupita
- Hola Lupita, mi mamá te ha mandado este paquete para tu jardín.
Le entregó el paquete café. Lupita lo invitó a seguir y tomarse un vaso de jugo, él no aceptó pues debía entregar a Adolfo el siguiente paquete.
- Chao! Le dijo mientras se alejaba.
Tato se fue caminando a donde Adolfo:
- Hola Adolfo, te vengo a entregar este paquete que mi mamá te mandó, es el remedio para Doña Julia; espero se mejore pronto.
Así se despidió y se fue dejándole el paquete rojo.
Por último, llegó a donde Pancho. Él no estaba, aunque sí estaba su perro: Bruno. Sacó el paquete verde y le quitó la envoltura, cuando dejó dentro del plato lo que estaba dentro de la envoltura se dio cuenta que todo estaba al revés.
– ¡Qué horror! Este es el remedio de Doña Julia.
Se tomó la cabeza con sus manos, muy preocupado, por el enredo de paquetes que había creado.
Lupita abrió su paquete un poco después de que Tato se alejó.
- ¿Qué es esto? ¿Y para qué quiero yo un hueso? ¿Será qué me lo mandó Juanita para enterrarlo y abonar las plantas con éste?
Cuando Adolfo abrió su paquete también se sorprendió:
- ¿Una pala para quitarle la tos a Doña Julia? ¿Será que Juanita quiere que desentierre alguna planta medicinal del jardín?, O será que si le doy la sopa con esta gran pala ¿se le pasa la tos?
Tato llegó a la casa muy preocupado y le contó a su mamá sobre lo sucedido. La mamá lo escuchó y luego le preguntó:
- ¿Qué crees que fue lo que pasó?
Tato ya lo sabía, entendía cual era su error.
- Mamá, cuando me explicaste que hacer yo no te Escuché, sólo te miré, pero mi mente estaba pensando en otras cosas. Y ahora, ¿cómo lo resuelvo?
- Tato, si ya aprendiste algo no debes angustiarte, ahora lo importante es corregir el error.
Tato se fue corriendo a donde Pancho. Le quitó el remedio al Bruno y le entregó su hueso. Cuando Bruno vió el hueso batió su cola muy feliz.
Luego Tato se fue a donde Adolfo, y después de explicarle lo sucedido le entregó el remedio.
- Espero que se mejore Doña Julia - le dijo Tato apenado. Toma la pala Tato, si supieras lo que iba a hacer con ésta..”, se rió… “Menos mal llegaste”, explicó Adolfo a Tato.
Tato tomó la pala y corrió a donde Lupita. Entregó la pala. Ella se lo agradeció y esta vez Tato sí aceptó el jugo pues estaba muy sediento de la carrera.
Tato aprendió a Escuchar Activamente cuando se le hablaba, pero también aprendió que los errores no son graves y de estos se aprende, especialmente cuando se aceptan y se corrigen.
Autora e Ilustradora: Ana María Lora